Hola amigos,
Hoy no voy a hablaros de energía, aunque la historia que hoy os voy a contar igualmente puede aplicarse al sector energético. Se trata de una reciente reclamación por publicidad engañosa que puse ante el organo compentente, y que hoy mismo me ha alegrado saber que ha conseguido que uno de los gigantes de las telecomunicaciones de este país modifique un anuncio engañoso y falso.
Resulta que hace unas semanas andaba buscando y evaluando ofertas de telefonía e Internet, y repasando las webs de los operadores principales me encontré con esta oferta:
Fijaos que debajo de los terminales ofertados pone «GRATIS». Pues bien, allá que llamé yo todo alegre, pensando que iba a obtener un buen terminal de forma gratuita con una buena oferta de telefonía movil. Pero como seguro que os ha pasado alguna vez con alguna otra oferta, cuando llamas la operadora te da la mala noticia de que esto no es realmente así.
La cara de gilipoyas que se te queda cuando te ocurre esto es descomunal. La novedad en esta ocasión es que mi cabreo no se quedó ahí. Esta vez dije: NO, ESTO NO VA A QUEDAR ASI. Pero enseguida te asaltan las dudas: ¿Que puedo hacer yo, hormiguita consumidora, ante un caso flagrante de publicidad engañosa?
Lo primero que haces es buscar en Internet qué se hace en estos casos. A parte de recurrir a través de las asociaciones de consumidores (FACUA, OCU, etc.) en este caso puedes acudir a AUTOCONTROL, la Asociación para la Autorregulación de la Comunicación Comercial.
A través de su web puedes acceder a un formulario donde explicar cual es el abuso que has sufrido o visto en las comunicaciones comerciales de cualquier tipo. En mi caso, subí una captura de la web en cuestión y expliqué detalladamente lo ocurrido.
Quiero decir que en principio no esperaba ninguna respuesta. Estamos tan acostumbrados a la falta de transparencia y la inoperancia de las entidades y organismos de control, que ya no tenemos ninguna confianza en ellos. Los políticos han conseguido que desconfiemos de lo público.
La curiosidad en este caso es que este organismo NO ES PÚBLICO, sino una asociación privada que gracias a su efectividad y transparencia ha conseguido ser el único organismo español privado incluido en la Red de Centros Europeos del Consumidor, ECC-Net (antes Red EJE o Red Extra-judicial Europea) de la Comisión Europea.
Habiéndome olvidado del asunto, ya que como decía poco esperaba de la reclamación, resulta que hoy he recibido contestación a la misma. El escrito que me han enviado ha sido este:
Raudo y veloz, me he ido a la web de Jazztel donde había visto la oferta engañosa, y he comprobado gratamente que donde se ofrecían esos terminales jugosos, ya no aparecía el falso «GRATIS» de fondo:
No lo podía creer. Imaginaros mi cara al comprobar que una simple reclamación había conseguido que un gigante como Jazztel modificara un anuncio. Nunca en mi vida he podido experimentar mayor poder ciudadano que en este caso. Una sola persona, con una reclamación bien hecha a través del conducto adecuado ha conseguido que una enorme empresa que factura cientos de millones de euros cambiara un anuncio en su web. A-LU-CI-NAN-TE.
En primer lugar quiero agradecer a AUTOCONTROL su buen hacer, su profesionalidad y su efectividad. Es necesario que este tipo de organismos existan y funcionen de una manera tan efectiva. Pero esto debe servir también para sacarle los colores al Estado. Si una asociación privada es la manera más efectiva de proteger al ciudadano de los abusos del oligopolio de las comunicaciones, o si una organización benéfica como Cáritas es la encargada de alimentar a los casi 3 millones de ciudadanos atrapados por la pobreza, si las asociaciones de personas con discapacidad son las que están resolviendo los problemas de esas pobres personas… ¿QUE COJONES HACE EL ESTADO POR NOSOTROS, A PARTE DE COBRARNOS LOS IMPUESTOS CORRESPONDIENTES?
Si, ya se que hace muchas cosas. Y no tengo nada en contra de los funcionarios, al contrario, considero que los funcionarios de carrera son algunos de los más afectados por la mediocridad política que nos ha estado gobernando las últimas décadas, son rehenes del poder político que sólo sirve a sus intereses, y no al ciudadano. Pero ver que hay tantas asociaciones y entidades privadas que tienen que encargarse de una de las funciones principales de lo que debería ser un estado social, que trabajase por y para el ciudadano… no hace más que hervirme la sangre.
Cosas que aprendemos de este caso para aplicarlo a la energía (que al fin y al cabo es de lo que trata este blog)
Os recomiendo que acudais a Autocontrol si veis alguna publicidad o anuncio de las compañías energéticas en las que se asegure que te ofrecen una cosa y despues, al hablar con el comercial de turno, te informan de que eso no es así. Si no hay una letra pequeña indicando esa información, la compañía y el anuncio estarán infringiendo los códigos éticos y las leyes publicitarias. No lo dudeis, reclamad SIEMPRE. No sabeis el gusto que da conseguir que un gigante tenga que retroceder ante el poder y la vigilancia ciudadana. Todavía me parece increible que fuera yo el único ciudadano que reclamó tal cosa, con la de millones de visitas que debe tener esa página y la de miles de contactos que habrán tenido a raiz de ese anuncio, miles de personas que como yo FUERON ENGAÑADAS con esa publicidad. Afortunadamente la llamada era gratuita, porque si no deberían haberme abonado el coste de la llamada.
Y para acabar…
Os dejo esta interesante página sobre reclamaciones a las compañías eléctricas que he descubierto esta semana. En ella se explica cómo reclamar multitud de tipos de abusos del oligopolio eléctrico.
Su página web: http://reclamacionreciboluz.palbin.com/
Su página en Facebook: https://www.facebook.com/reclamacionreciboluz/
No os la perdáis y lo mismo, no dudéis en utilizar esa información y llevar a cabo la reclamación. Estais en vuestro derecho como ciudadanos, y si el Estado no vigila y no actúa para ayudar al consumidor a evitar esos abusos, debemos ayudarnos entre todos a que el oligopolio nos respete y nos trate justamente.
Es el momento del cambio. La era en la que el ciudadano y el consumidor flotábamos sobre el suelo sin preocuparnos de qué hacen nuestros gobernantes y cómo abusan de nosotros las grandes empresas se acabó. La ciudadanía ha despertado. El ciudadano responsable debe tomar las riendas. Ánimo, y un saludo.